La canción “Little red corvette” es sobre una chica que lleva a nuestro intérprete, Prince, a un lugar especial para acostarse con él. Las paredes de “donde andan sus caballos libres”, como lo llama el artista, están cubiertas con imágenes de los amantes anteriores de la mujer, algo que un chico reprimido tomaría como una señal de peligro.
Pero Prince sólo piensa: “Es sábado en la noche, entonces ¿por qué no?… baby you are much too fast” (Rolling Stone Magazine).
La canción complejiza el sexo casual, difícil de lograr en una rola pop. Desde su primera línea el músico hace saber que tiene el corazón roto porque debió haber sabido desde el principio que la relación no iba a durar: “I guess I should have known / by the way you parked your car sideways / that it wouldn’t last”. Se enfoca en la noche del sábado pero al mismo tiempo identifica lo que pasará el domingo por la mañana: “I guess I must be dumb, you had a pocket full of horses, Trojans and some of them used”.
Retrata la psicología del encuentro, desde el placer sexual y hasta en el acto mismo se cuestiona su valor propio: “Believe it or not / I started to worry / and wondered if I had enough class”. La canción es también sobre el temor de no dar el ancho y sentirse inadecuado.
Es todo menos triste, cierra con el cuerpo de la chica “got an ass like I’ve never seen / and the ride is so smooth, you must be a limousine”.
Radical, honesta y compleja, una canción como sólo Prince sabía escribir.