Esta semana descubrimos un podcast de S. Alexander Reed, en To The Best of our Knowledge (TTBOOK), que reseña la música industrial y su origen como género de protesta.
Este género musical, nace como respuesta a los movimientos hippies de principio de los 70s, al considerar que la generación del Peace & Love había fallado en su intento de liberar a la población de los sistemas de control social tras las manifestaciones estudiantiles del 68 alrededor del mundo.
Aunque la música industrial surgió paralela al punk, a mediados de 1970 y denunciaban básicamente lo mismo, la música de los Sex Pistols fue la que dominó la época. El industrial comenzó a tomar fuerza hasta principio de los 80’s.
Una de las bandas más representativas del género es Throbbing Gristle. Sobre ellos, Reed comenta que, más que la música, es interesante su proceso creativo; cada uno de los integrantes de la banda sabía tocar dos instrumentos, pero a la hora de componer cada uno tocaba uno que no dominaba, con la finalidad de salirse de su zona de confort y de la estructura establecida por el aprendizaje.
Como uno de los principios del género era la idea de que la realidad es más atroz de lo que creemos, ellos querían acercarnos a ese trágico mundo para lidiar mejor con él, y de alguna manera poder mejorarla. Un ejemplo de este esfuerzo de conciencia es la canción Hamburger Lady.
Uno de los personajes que influenció fuertemente la música industrial fue el escritor William S. Burroughs, que proponía el ser antiracional para escapar del sistema de control establecido por la estructura del lenguaje y liberarse de su maquinaria injerta en la sociedad moderna.
Quick Fix, de Ministry es un ejemplo de dicha influencia.